Su cuerpo fluye como el mar, las olas son su motor y la luz de las playas más escondidas y agrestes ilumina sus pasos. La naturaleza ha sido su aliada en todo sentido, pues su belleza y su trabajo convergen en ese mismo punto…

Por María José Troya C. @mariajosetroya. Fotos y producción: Evelyn Casuso. @evelyncasuso

Hace 10 años tuve la oportunidad de entrevistarla. En ese entonces, ella tenía 25 años y evidenciaba claramente su espíritu libre, una sensualidad inherente, una fuerza pasional y, sobre todo, me contaba que tenía ganas de ver y vivir el amor intensamente. Obviamente, muchas cosas han cambiado en estos años, pero ella no. Sigue siendo extremadamente bella, a sus 35 años -y a su figura espectacular- se suma una mirada lúcida y madura, sigue siendo libre y espontánea, no hay algo artificial o programado en su manera de ser y, sobre el aspecto del amor, lo ha encontrado. Probablemente ahí haya alguna diferencia. Sí, lo vive con pasión e intensidad junto a su esposo, pero también lo vive con una ternura insospechada pues ahora también tiene a Bruno, su bebé de apenas 1 año ocho meses. Para esta edición la hemos vuelto a invitar, pero ha sido ella quien realizó esta sesión de fotos para dejarnos descubrir cómo fluye, cómo se ve asimisma, cómo se siente frente al lente después de que ha pasado siete años detrás de él.

Su arte es sublime, femenino y ha logrado, con cada imagen, exponer la sensualidad de la mujer actual. También trabaja con marcas nacionales e internacionales.

Evelyn Casuso nació en La Habana, Cuba y gracias a un trabajo de su padre, vino con su familia al Ecuador cuando apenas tenía 11 años. Su vida ha transcurrido entre Guayaquil y Salinas, – en esta última ciudad es donde vive actualmente- estudió Comunicación y luego de eso pasó una temporada en Argentina donde también estudió Asesoría de Imagen y se especializó en Fotografía.

Al inicio, cuenta, el tema de las fotos era más un hobby. Le gustaba ‘lanzar’ sus clics por aquí y por allá, su cámara –y su celular– eran grandes compañeros cotidianos. Empezó fotografiando a mujeres bajo una ventana donde entraba luz natural porque le encantaba el proceso y el resultado. Pronto se dio cuenta de su talento y  de la excelente acogida que tuvo entre sus clientes. Era hora, entonces, de sumergirse en esa actividad.

El mar es una constante en su vida, es su hábitat, su mejor escenario y el lugar seguro de donde recoge inspiración.

Actualmente, Evelyn se destaca como una de las mejores fotógrafas del país y eso se debe a que, más allá de dominar la técnica, tiene una sensibilidad especial para retratar a la mujer en un ambiente natural, sin artificios, sin adornos innecesarios más que la belleza única que las distingue. Y en el fondo, su éxito radica en que sus imágenes son tan solo el reflejo de lo que ella es: femenina y poderosa. Ya lo dijo Wilde, “la belleza está en los ojos de quien la mira”.

Tus fotografías son un derroche de sensualidad, pero también evocan dulzura e incluso vulnerabilidad. ¿Cómo logras ese efecto sin irte a lo sexual?

Es un hilo muy fino que no se puede traspasar. Tiene mucho que ver con las poses, pero sobre todo de hablar con la modelo y saber qué quiere. Es un tema de empatía: soy mujer y no me gustaría estar expuesta de una manera vulgar. Cuido mucho a las chicas, todo siempre ha fluido de manera natural, y si alguien quiere hacer un desnudo lo hacemos, pero con buen gusto. Juego con la luz y con el contraste que me da el sol.

¿Trabajas solo con modelos?

La mayoría son modelos, pero muchas son mujeres que quieren un recuerdo personal, algo más íntimo y yo trato justamente de sacar a flote ese lado que es el ‘más atrevido’, en el buen sentido. Pero es un recuerdo maravilloso de su cuerpo, de su belleza, de su imagen personal. Todas las mujeres del mundo somos bellas, pero como fotógrafa me enfoco en sacar a la luz ese lado más especial.

¿Cómo ayudas a que las mujeres pierdan, al menos frente al lente, ese miedo de mostrar el cuerpo y las cosas que no nos gustan de él?

Yo brindo seguridad, porque las entiendo. Porque nos llenan de ideas de perfección, pero en el fondo todas las mujeres somos iguales: sensibles, humanas, con historia y pasado que está en nuestro cuerpo. Hay que mostrarlo con orgullo, pero buscando un ángulo lindo para el recuerdo. No es cuestión de talla o peso, es de belleza. Yo además, soy muy de emociones intensas, entonces grito y salto cuando ya tengo la foto, pero voy guiándoles con respeto y mucha buena energía. Al inicio les hago un 360 para ir viendo sus ángulos, pruebo luces y las cosas van saliendo poco a poco. Hablarles y motivarles es una clave. El mar, además, relaja mucho.

Fuiste además modelo por mucho tiempo…

Sí, y eso tal vez fue lo que también me empujó a ser fotógrafa, pero también estuve ligada al arte desde niña. Lo del modelaje surgió porque una vez me invitaron a un desfile y fui casi porque mis padres me impulsaron, pero no me sentí bien, para ser sincera. Luego apareció Denise Klein y me invitó a hacer su curso de modelaje y recuerdo que no tenía ni el dinero para pagar porque era muy pelada. Pero ahí me formé: ella fue la clave para que yo surgiera. Luego me volqué de lleno a la fotografía.

La producción de estas páginas la hiciste tú misma ¿Cómo la creaste y en qué te inspiraste?

La pensé lo más natural posible. Mostrar mi esencia sin tanta cosa. Ropa holgada, no soy de cosas pegadas o de accesorios grandes. Me gusta la naturaleza pues es lo que me mueve y trasmitir esa paz que recibo. No me gusta el maquillaje sobrecargado, de hecho no me gusta usar base en mis sesiones de fotos sino solo la luz y no la uso en mi rostro desde hace siete años aproximadamente.

Su mejor faceta

Evelyn se convirtió en madre en febrero del año 2020. Bruno ha sido una bendición que llegó en una etapa perfecta para vivir la maternidad a plenitud. “Además me quedé embarazada a los 33 años y di a luz a los 34 que considero es una buena edad. Con la llegada de la Pandemia trabajé desde casa y eso me permitió pasar mucho tiempo con él. Soy feliz con esta nueva etapa, es el bebé que soñé, es muy tranquilo, súper risueño y amoroso. Es mi felicidad y mi motivación. Siento que tengo más inspiración gracias a él. Se levanta siempre con una sonrisa y eso me da vida.”

Con su esposo, Jaime Santos, se conoce desde los 15 años, pero su relación empezó hace seis. “Somos grandes amigos y compañeros de vida. ‘J’, como le decimos, ama Salinas, el mar y la paz de la naturaleza, en eso también nos parecemos aunque a mí me gusta viajar mucho.”

¿Cómo se ha reinventado su relación con la llegada de Bruno?

Ha sido un tiempo ideal de redescubrimiento. Él también regresó después de varios meses a su trabajo presencial y eso nos ayudó mucho como pareja y como padres. Mi familia no vive acá –están en Estados Unidos– y eso fue perfecto porque juntos aprendimos todo. El bebé es muy de los dos: si está con él no llora por mi y si está conmigo no llora por él.

Evelyn en un flash:

¿Alguna modelo a la que quisieras fotografiar?

Alessandra Ambrosio, Kate Moss, Gisele Bündchen, Jasmine Tookes.

Fotógrafos que admires:

Cameron Hammond y Peter Lindbergh.

¿Qué es lo más cubano que mantienes en tu personalidad?

Vine de muy niña y no he vuelto a Cuba desde entonces. Me siento muy de aquí en verdad. Tal vez la pasión por el mar.

¿Y lo más ecuatoriano?

¡El encebollado! (risas). Amo ese plato.

¿Qué escuchas en tus shootings fotográficos?

Rock alternativo, música clásica, pero depende mucho de lo que le gusta a la modelo. Pongo lo que ella quiera para sentirse cómoda.

¿Qué es la belleza para ti?

Algo totalmente subjetivo. Algo que no se define por la piel ni por la raza, ni el peso o la talla o el color de cabello. La belleza es lo más profundo de cada persona, es lo que nos hace únicos y que yo quiero reflejar en mis fotos. Es una magia que está en los ojos.

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