La gala del MET ha sido por años considerada la noche más importante para la moda. La alfombra roja que se despliega ha recibido la estridencia creativa de miles de famosos que han desfilado por allí mostrando no solo su interpretación de la temática anual sino que, cada vez más, sus ganas de sobresalir frente al resto, sea como sea.

Redacción Cosas. Ilustración: Antonella Andrade @nellaartt

El evento benéfico para el Museo Metropolitano de Arte de New York se suspendió el año pasado y ahora, como si vendrían impulsados por un huracán, los invitados se desataron en cuerpo y alma para vestirse acorde a los que ellos creyeron que era el tema de la invitación: American Independence.

Para muchos, esa esencia ‘americana’ de libertad, la interpretaron de una manera tan disparatada e íntima que el resultado fue una adivinanza para los espectadores y expertos que tuvieron que ir desentramando en sus redes sociales. Aquí vemos a Kim Kardashian, enfundada en un traje negro, causando revuelo por su osadía, por saberse fácilmente identificable, pero sin que nadie entendiera si era un alegato a su fama constante o una crítica a la burqa, elemento polémico que ahora está en el tapete internacional. Pronto tuvo que aclarar que no hay nada más americano que una ‘t-shirt’ y con eso se reafirmó que los temas de coyuntura social no están en su panorama de interés o denuncia.

Para otras celebridades, este énfasis en representar a la cultura americana no fue más que una sugerencia y esa es la razón por la que los vimos desfilando en Dior, Prada, Valentino, Vuitton o Gucci.

La presencia de Billie Eilish, en su abultado Oscar de la Renta, Timothée Chalamet, en Haider Ackermann, Lil Nas X en su caparazón dorado, Keke Palmer, Kendall Jenner o Alexandria Ocasio Cortes, por nombrar tan solo a algunas estrellas, reafirmaron lo que siempre hemos sabido de Hollywood: no hay nada más ‘americano’ que la oda a la belleza y a la juventud.

No importa entonces que sean tiempos de inclusión y apertura al mundo, de lenguajes solidarios y abrazos virtuales, bajo el flash despiadado, lo que sigue importando es la cara más brillante de la moneda; y ahí no hay espacios para los que no encajan con el fashion statement de la temporada

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