Para la artista guayaquileña, hablar de amor nunca ha sido tan fácil. La inspiración para cantar y amar ahora surge de manera natural. En esta nueva etapa de vida, Nikki ha redescubierto todo aquello que su corazón albergaba...
Por María José Troya.Fotos: Soledad Rosales
Acaba de cumplir 30 años, fue la ganadora del concurso Masterchef Celebrity Ecuador-el programa de cocina más famoso del mundo- tiene nuevo material musical y contrajo matrimonio hace dos meses, aproximadamente. Parecería que los astros se han alineado para que Nikki viva un momento de magia a todo nivel. Sin embargo, todo eso, no tiene que ver con la suerte o con las coincidencias. Ella es una mujer determinada que no deja las cosas al azar. Fluye, eso sí, pero está encaminada a cumplir sus sueños de vida porque tiene claro que el trabajo duro y el enfoque tienen sus recompensas. En el amor, las cosas no han sido diferentes: ha sabido cuidar su corazón con la mente clara, pero sin dejar de buscar a esa persona que pudiera complementar su espíritu libre y su mirada sensible frente a la vida.
Abordar el tema de pareja y de su reciente compromiso, tan íntimo y resguardado como lo ha llevado Nikki, no fue fácil. Al plantearle esta entrevista y el photoshoot fuimos muy honestos al decirle que no buscábamos una primicia de escándalo, sino una historia que hable del amor verdadero: de ese amor que trasciende el tiempo y las convenciones, que va más allá de una coyuntura para convertirse en una pieza delicada y trabajada con cariño; y lograrlo, además, de manera profesional. Fue así como ambas, Nikki y Ana, accedieron a recrear con sus propios vestidos, ese momento tan especial de su boda y a contar, en primera persona, su historia de amor. Llegaron de Guayaquil a Quito muy temprano en la mañana y fuimos conversando durante el espacio del maquillaje y las pausas fotográficas. A Nikki la conocemos gracias a su música desde hace muchos años -inició a los 15- y eso nos permitió romper el hielo -que iba cargado aún con algo de recelo- para empezar con la entrevista.
Acabas de cumplir 30 y celebras, al mismo tiempo, 15 años en el mundo artístico.
Sí. Ha sido una montaña rusa con muchos cambios en mi música. Como artista, a uno también le toca ir descubriendo qué es lo que a la gente le engancha, qué es lo que desean escuchar. Tenemos esa gran responsabilidad con el público y se debe trabajar musicalmente también en base a eso. Hay que saber escuchar con atención. No lo niego, me ha costado mucho porque hay cosas que yo quiero, que quizás no están de moda, pero trato de llegar a un centro donde no tenga quehacer algo con lo que no me sienta cómoda… Siempre he tenido que lidiar con eso para no perderme en el camino y seguir con mi esencia musical.
¿Cuáles esa esencia musical?
En cuanto a género, es lo romántico, baladas y pop. He incursionado en varios géneros porque así se me ha permitido y me he sentido cómoda, pero sí hubo momentos en los que me han querido insistir en ir más allá con tendencias urbanas y he tenido que nadar contracorriente, pero me he mantenido en lo mío.La gente que me sigue desde hace 15 años sabe cuál es mi esencia.
Siempre has estado en la escena artística, unas veces más visible y otra menos, hasta que llegó el factor Masterchef. ¿Cómo has vivido ese boom?
En 2022, yo hice mi último lanzamiento musical –que es un EP- que se llama De Cero y que es algo muy mío con música pop-rock y baladas. No quería saber de números, de estadísticas, de métricas; solo quería vivir mi arte y después de ese lanzamiento quería tomarme una pausa porque me sentía saturada. Entonces, hice esa pausa y comencé el año 2023 proyectando mucho trabajo en mi productora. Hicimos la gira de despedida de la banda CNCO que fue un éxito. En agosto, me llamó la ‘Flaca Arellano’ y me hizo la propuesta para participar en Masterchef. Le dije que yo no sabía cocinar y que además, no me gustaba la cocina (risas). “De eso se trata”, me respondió. Nos reunimos, me contó más del programa porque yo no lo había visto y le pedí unos días para analizarlo. Se lo comenté a Ana y fue ella quien me convenció.
¿Porqué no querías ir?
Porque implicaba estar dos meses fuera, pensaba en mi perrita, además estábamos recién formando una relación con Ana y yo metía todos los pretextos para no ir. Pero fue ella quien insistió y me convenció. Le dije: voy, si tú vienes conmigo… ¡Y nos fuimos!, pero yo armé una maleta para tres semanas. Esa era mi idea. ¡Me quedé dos meses! Aunque todos los días decía “ya me quiero regresar”.
¿Pero querías regresar de verdad?
Sí. Yo me quería ir por temas físicos. Es muy extenuante grabar durante 14-15 horas dos capítulos diarios, a ratos no sabía ni en qué día estaba, en qué tiempo verbal debía hablar, era muy confuso el tema de las entrevistas; yo estaba fuera de mi zona de confort y no me hallaba. Al inicio estaba muy perdida porque no estaba acostumbrada a estar en algo que no fuera lo mío, con gente que no conocía tanto, en otro país, etc. Pero estando ahí te esfuerzas, te olvidas de las ganas de irte, te entra el sentido de la competitividad.
En la final, al convertirte en la ganadora, muchos televidentes no se sintieron satisfechos porque pensaron que había mucho de ‘lo políticamente correcto’ en esa decisión.
Yo no me imaginé jamás ganar el concurso. Para mi, el mejor competidor de toda la temporada siempre fue Anthony Swagg y yo simplemente sabía que había dado todo de mi, porque así soy en todas mis cosas. Pasaba el tiempo, y como te dije, ya me lo estaba disfrutando, me esforzaba mucho no por el premio, sino como algo para mi. Luego, cuando salió mi tema personal –que tenía una novia- no fue algo planificado, fue algo muy natural y por eso me dejé llevar y conté todo. Me hicieron sentir muy cómoda. Y, honestamente, yo pensé lo contrario: que eso iba a frenar muchísimo mi participación e iba impedir que yo avance. Pero creo que gané de una manera transparente, justa y gracias a un excelente desempeño gastronómico en la recta final.
No sé si lo necesitaba, pero sí siento que me quitó un gran peso de encima. Jamás se me ha ocurrido contar mi intimidad en redes sociales, pero para mi fue en el momento perfecto, con las personas correctas y así se dio. Nunca me quise echar para atrás.
¿Crees que el tema de la sexualidad todavía es un peso duro de cargar para muchas personas, sobre todo cuando son figuras públicas como tú?
Sí, claro. Es un peso. Ha mejorado mucho la conversación respecto al tema; hay mucho crecimiento y madurez para abordarlo en algunos espacios, hay más aceptación, respeto y visibilidad y, obviamente, me encanta haber recibido tantos mensajes de cariño. Alguien decía en redes: “Nikki no está consciente de cómo está marcando un antes y un después con la comunidad LGTBI en televisión nacional”. No había caído en cuenta, pero es verdad. Si eso es algo positivo para más personas, me parece genial. Sin embargo, sigue siendo duro para mi y para mi familia. Mis hermanos me apoyan, para mis padres es más difícil. Ellos han decidido mantener su distancia.
“Nos conocimos por Instagram, no nos seguíamos la una a la otra, pero veíamos nuestras historias. Le escribí una noche para ver si almorzábamos juntas y si quería que fuéramos solo las dos o con mis amigas. Ella prefirió con mis amigas y eso me encantó. Fuimos al Yacht Club, pasamos un día espectacular y terminamos ese día en un bote saltando al río… Hubo muchos momentos en los que supe que ella era la indicada. Yo vine a Ecuador a visitar a mi mejor amiga porque había perdido a mi abuela y necesitaba una pausa; faltando una semana para volver a mi país, conseguí un empleo y decidí quedarme.”
¿Ha cambiado en algo tu perspectiva sobre el matrimonio desde que te casaste?
¡Por supuesto! Yo no tenía planes de casarme, pero cuando llega la persona indicada, llegan las respuestas por sí solas.
¿Hay proyectos que quisieras concretar con Nikki?
Sí, me encantaría tener algo propio junto a ella. Somos dos mujeres muy trabajadoras y proactivas para cualquier emprendimiento. Y luego, quiero formar una familia después de establecernos económicamente.
En el caso de Nikki, ella contó su historia personal contigo en televisión nacional. ¿Cómo fue para ti?
Yo soy muy reservada con mi vida personal. Toda la vida lo he sido. Pero cuando llega la persona indicada, todo es más sencillo. Y qué mejor que compartir lo que eres con una persona que se siente orgullosa de ser lo que somos. Se me ha hecho muy fácil contar lo que sentimos la una por la otra.
¿Y tu familia?
Soy hija única. Mi papá siempre ha sido un apoyo, mi mami es más reservada. Pero ambos quieren muchísimo a Nikki, a pesar de que la conocen solo por videollamada pues ellos viven aún en Venezuela.
¿Quién pidió la mano a quien?
Nikki me propuso matrimonio en Brasil. Salimos a cenar y ella estaba muy nerviosa, no pudo ser en el lugar que ella quería porque llovía demasiado, así que volvimos al hotel y ahí fue.
¿Fue un sí inmediato?
¡Claro! ¿¡Cómo decirle que no a Nikki si es un ser humano espectacular!?. Es una gran hija, la mejor amiga, la mejor nieta, la mejor hermana y, para mi, la mejor pareja para toda mi vida.
“Desde la primera vez que nos conocimos se sintió algo distinto: me sentí cómoda, hablábamos por horas, compartíamos visiones de sueños, de metas y estar conectadas en esos aspectos fue algo que me impactó por completo. Y es que el amor es cumplir sueños en pareja”, cuenta Nikki mientras está sentada y lista para las fotos con el vestido de novia que utilizó en su matrimonio civil, en una ceremonia frente al mar.
¿Qué fue lo primero que pensaste al conocer a Ana?
¡Uy, es muy alta! (risas) y claro, yo soy chiquita… Fue una cita con sus amigas, pero todo fluyó muy bien.
¿Cuál fue tu momento favorito de la boda?
Cuando una de mis siete perritas que es la más adulta, pero la más chiquita en tamaño, fue la encargada de caminar para entregarnos los anillos.
¿Siempre supiste que Ana era el amor de tu vida?
Sabía que quería vivir con ella. Quería experimentar la convivencia a ver qué tal, yl uego casarme. Las cosas pasaron rápido -a los tres meses nos fuimos a vivir juntas- pero no fue algo a lo loco. Conectamos muy bien y luego supe que quería dar un paso más. Ahora quiero verla cumplir sus sueños porque me ha apoyado mucho en mi carrera y quiero estar con ella para sus proyectos.
¿Cómo te sientes en esta nueva etapa de tu vida?
Muy bien porque con Ana las cosas fluyen ¿sabes?; ella no se complica, es fácil de llevar porque la complicada soy yo. Es alguien que me da paz y nos complementamos en muchos aspectos.
Con tu etapa de chef, ¿cocinas a diario?
(Risas)A veces, cuando es algo elaborado me gusta cocinar y mimar a Ana. Pero es ella quien generalmente cocina.
¿Le has dedicado alguna canción?
Sí. No he sacado música por mucho tiempo porque mi propósito es distinto: no tiene que ver con las cifras ni nada por el estilo. La canción se llama Eres tú y salió súper rápido por lo motivada que estaba.
¿Ana es inspiración?
Sí. Ana es amor, es complicidad, es compromiso, es fidelidad, es el apoyo que me da como amiga y pareja. Con ella he experimentado lo que es el amor recíproco.
La familia es un pilar fundamental, ¿cómo es tu relación con tus padres con todo lo que ha pasado en tu vida?
Las dos contamos con el amor de nuestros padres. Nos respetan, nos apoyan aunque no siempre opinemos lo mismo. No exigimos nada más. Me siento respaldada y amada porque sino fuera así, no tendría fuerza para lidiar con todo. Ellos me han dado la fortaleza, los valores y la valentía para vivir mi vida.