Al sonido de la campana escolar, ellos van de prisa a sus casas. Ahí, en medio de los deberes y tantas otras actividades, encuentran el tiempo para desarrollar un oficio lucrativo que hoy además les está dando un reconocimiento. Sus cuentas en redes documentan su crecimiento, pues cada día hay algo nuevo que mostrar.

Isabela Pino Amador 16 años
Peinados con estilo

“Desde pequeña, cuando mi mami me peinaba, nunca me gustaba lo que me hacía, entonces pensé que tenía que aprender a peinarme sola. Así, poco a poco, comencé a peinar a mi mamá, mis tías, primas, y en el colegio a mis amigas. Aunque la mayoría de veces las profesoras me retaban, ellas fueron las que me incentivaron a hacer de esta habilidad algo más grande”. Y así ocurrió. Pronto Isabella tuvo la idea de convertir su hobby en un negocio. Tomaba fotos de los peinados y pensó que la mejor forma de  darse a conocer era a través de Instagram.
En muy poco tiempo la contactaban solicitando sus servicios, algunas preguntaban si tenía un local y se sorprendían al enterarse que Isabella es colegiala. Ella se las ingenia para organizar su tiempo y hacer las cosas bien. Los viernes y sábado suelen ser los más movidos. Lo que más le motiva es que las personas se vayan felices cada vez que las peina, y que regresen.

Canela Cobo 16 años
Con brillo propio

“Desde hace muchos años mi abuela hace bisutería y a mí siempre me gustó ayudarle a armar collares y pulseras para compartir juntas un momento agradable. Es por eso que este hobby se volvió algo muy especial”, cuenta Canela. Poco a poco, empezó vendiendo a amigas y gente conocida y al inicio de la venta la propaganda boca a boca era lo más importante. Una vez que la producción empezó a crecer llevó la venta a aquellos bazares que consideraba adecuados para los productos.
Canela ha tenido que organizar su tiempo, sobre todo en fechas en que su negocio demanda más. Cerca del Día de la Madre y Navidad es cuando más se dedica a trabajar en la producción al menos tres veces a la semana desde el mes de septiembre. Lo más apasionante para ella es realizar un trabajo manual junto a su abuela. Es algo que la distrae y disfruta al máximo. Además, “a mi edad el tener una idea de negocios es algo importante para mi futuro”, dice.
 

Entrepreneurs

Paula Hernández Mollison 17años
Dibujos personalizados

“Desde los 14 años empecé a dibujar por gusto, traté varios estilos hasta que a los 16 me centré en las caricaturas. Poco después empecé a escanear mis dibujos y subirlos a redes como Instagram y Facebook, cada post era un collage de la persona y su caricatura. De este modo las personas en internet podían verlas y, si deseaban, pedir su caricatura personalizada”.
Paula es consciente de que el uso de redes sociales le ha ayudado bastante. “Te expone al mundo y te abre la oportunidad de darte a conocer fácilmente. En la primera semana en la cual abrí mi cuenta de Instagram para los dibujos personalizados, tuve varios pedidos al instante.
Organizar su tiempo y su actividad no ha sido fácil. Dibuja casi siempre en las noches, aunque el arte no tiene horarios. Su principal inspiración es el ser humano, “me apasiona la idea de todo lo que somos y lo que escondemos dentro de nosotros, el arte es una forma en la cual puedo expresar aquello que siento y aquello que veo dentro de otros. Es una forma de expresión liberal”, afirma Paula.

María Cecilia Salazar 17años
Dulce Pasión

 

Siempre le apasionó meterse en la cocina y hace tres años –junto a su hermana- vio en los negritos algo rico y sencillo de hacer para diferentes eventos familiares. Poco a poco la actividad se fue extendiendo y empezó el trabajo de verdad. “Veíamos cómo diferentes negocios de dulces se promocionaban en Instagram y la buena aceptación que tenían por parte de los seguidores, así que decidimos poner manos a la obra y lanzarnos”, recuerda María Cecilia. Según ella es impresionante lo que uno puede lograr con las redes sociales, “ayudan mucho, pusimos nuestro Instagram y más rápido de lo que nos imaginábamos  ya teníamos nuestros primeros pedidos”, dice.
“El tiempo que le dedico depende de los pedidos que tengamos, varía mucho, hay días con más órdenes que otros. Lo que más me apasiona es el hecho de saber que la persona que me lo pide se come mi negrito o torta con felicidad”.

Entrepreneurs

Hernán José Cueva 15 años
Aplicaciones Móviles

“Descubrí el proceso para desarrollar aplicaciones cuando tenía 14 años en un proyecto de tecnología en mi colegio. La única instrucción del proyecto era crear algo utilizando tecnología que solucione un problema simple del día a día. Fue entonces cuando me di cuenta de que se puede encontrar de todo en un App y decidí intentarlo. Después de investigar y practicar, logré finalmente crear mi primera aplicación llamada Call Your Pizza, la cual superó todas mis expectativas y ahora mi hobby se convirtió en un negocio. Después del impacto que tuvo decidí crear una nueva aplicación llamada Alerta Cotopaxi, que sirve para informar sobre el volcán Cotopaxi y su reciente actividad. Estas aplicaciones han generado más de 5,000 descargas cada una y siguen creciendo cada día”. Este es quizá uno de los relatos más impactantes que muestra la fuerza de la innovación en adolescentes.
Según Hernán, las redes sociales han sido fundamentales en su trabajo. “Fue el único medio de publicidad que tuve y ha llegado a miles de personas. Además, gracias a la expansión de las publicaciones, gente importante ha podido contactarse conmigo. El primer día que publiqué en Facebook acerca de Call Your Pizza, tuve alrededor de 600 descargas en pocas horas. En el caso de Alerta Cotopaxi tuve alrededor de 1000 el primer día”, recuerda.
Programar toma mucho tiempo, sin embargo, Hernán ha tenido que aprender a repartir el suyo entre el colegio, este nuevo oficio, el fútbol y su actividad como DJ. El impacto que sus aplicaciones puedan tener en su comunidad es para él lo más importante.

Alegría Riofrío 15 años
Body Art

Todo comenzó hace un año. Alegría se dedicó a diseñar después de clases o en su tiempo libre; solo necesitaba un esfero o cualquier material de tinta o grafito. “Tengo esta extraña fascinación por los ojos y los diseños hechos con henna y los mezclo con mi propio estilo y técnica. Mis amigas y yo comenzamos a hacer mini `photoshoots´, yo les diseñaba un personaje y decidí convertirlo en un proyecto personal”, recuerda Alegría. Estos `photoshoots´ pronto se difundían en las redes sociales y la gente comenzó a conocer sus diseños. “Las redes me motivaban a continuar con este proyecto y también a que la gente me conozca más. No pasó mucho tiempo hasta que vinieran a hablar conmigo personalmente por mis diseños”.
Alegría dedica la mayor parte de su tiempo al colegio, pero si alguien solicita sus servicios, planifica un día y hora. Usualmente entre 2 y 4 días a la semana se dedica a este trabajo.
“Cuando empiezo la obra mi mente bloquea las palabras y todo lo lógico y todo lo demás se transmite directo a la piel y a la tinta/pintura. Es algo que te conecta contigo mismo y logras resultados de verdad hermosos. Para mí el arte tiene más palabras que el lenguaje. No necesita traductor; es un abecedario del alma. Mi arte se expresa en la piel como una manera de proyectar lo invisible del corazón”, concluye Alegría.

Quito. Producción: Manuela Proaño. Fotos: Soledad Rosales. Agradecimiento a Fit Center
Guayaquil. Producción: Cristina Guzmán.  Fotos: Alfredo Nevarez.