Proyectarse con decisión, con ideas innovadoras y con una ejecución impecable es un reto enorme que solo puede ser cumplido por aquellos que tienen las agallas de cambiar al mundo, a pesar de todo. No es una tarea fácil, pero para quienes saben que están en el camino correcto, resulta sencillo pensar en un futuro diferente, inclusivo e integrado. Quedarse quietos no es una opción.

Nuestros invitados trabajan, sueñan y crean las condiciones para cambiar la dinámica del mundo desde las industrias en las que trabajan con pasión y conocimiento. El arte, la alimentación, el agro, la moda, las joyas… Ellos crean el futuro.

Redacción COSAS Fotos: Josh Degel.

Doménica Garzón Armendáriz

INVERSIÓN CIENTÍFICA PARA EL FUTURO

¿Cómo te vinculaste a la ciencia?

Desde que era niña recuerdo haber tenido mucha curiosidad por entender el mundo que nos rodea. Un científico justamente dedica su vida a preguntar e intentar hallar respuesta a esas preguntas. Entendí en ese momento que la ciencia que me permitiría entender la ley que gobierna al universo es la Física. Más tarde, cuando ingresé a la universidad (Yachay Tech) me di cuenta de que mi pasión era la investigación. Así fue como desde hace algunos años me he dedicado a estudiar el mundo que nos rodea, a hacer preguntas, a proponer ideas, a crear inventos y seguir aprendiendo.

¿Cuál crees que es tu aporte y cómo has logrado destacar justamente en este rubro?

Entre mis principales logros en el mundo científico se encuentran, principalmente, mis investigaciones publicadas. Soy autora de dos artículos científicos, una tesis de investigación, una patente que se encuentra en revisión y estoy preparando otros tres artículos.

Me gradué con los más altos honores en la carrera de Física, fui becada en la Universidad de Illinois (está dentro de las Ivy League públicas de EE.UU.) para realizar mi maestría y doctorado; he realizado estancias de investigación y estudio en prestigiosos institutos a nivel mundial como el Max Planck en Alemania, el Perimeter Institute en Canadá y CNPEM en Brasil.

Hace algunas semanas recibí el premio del MIT (Massachusetts Institute of Technology) como una de las mejores innovadoras de América Latina por una de mis investigaciones que el proyecto Water-Y (del cual soy co-fundadora) decidió utilizar para intentar llevarlo al entorno ecuatoriano.

¿Cuál es el impacto que tu creación, aporte, idea o emprendimiento tiene en la sociedad?

Una de las investigaciones en las que he estado involucrada es la creación de un material (un recubrimiento orgánico) para mejorar la condensación de agua. Los resultados de estas investigaciones ya ingresaron al proceso de aprobación de una patente. En este proyecto recibí ayuda de otros estudiantes y profesores, como el matemático Carlos Chipantiza, el Prof. Carlos Reinoso, entre otros. Los resultados de estas investigaciones están siendo usadas por el proyecto del cual soy co-fundadora, Water-Y para intentar aplicarlo a entornos reales y llevar agua a diferentes partes de Ecuador.

El riesgo más fuerte al que te has enfrentado para lograr este sueño… ¿qué hubieras querido saber antes de iniciar en este proyecto de vida?

Creo que uno de los principales riesgos es el relacionado al financiamiento. Todas mis investigaciones que he realizado en Ecuador han sido de manera voluntaria y con fondos propios o donativos de profesores u otros estudiantes. No existe suficientes fondos destinados a la investigación en Ecuador (y menos en temas relacionados a la Física). Mis investigaciones realizadas en institutos fuera del país como en Alemania o EE.UU. han sido financiadas por esos institutos.

Antes de iniciar este proyecto de vida me hubiese gustado conocer un poco mejor cómo funciona el mundo de la ciencia en otros países. Hay muchas oportunidades esperando, pero creo que los jóvenes interesados en la ciencia en Ecuador no están expuestos a estas oportunidades.

¿Cómo anhelas que sea el futuro de la ciencia y qué hace falta para lograrlo?

Espero que la ciencia en las diferentes áreas Física, Matemática, Biología, Química continúe creciendo. Que el Estado ecuatoriano invierta en ciencia y tecnología. Me gustaría mucho poder regresar a Ecuador y trabajar en la fundación de un instituto que se dedique a la investigación científica en Física.

Por otro lado la empresa privada debe ser un agente clave para la innovación y la tecnología, arriesgándose a invertir en investigación y colaborar con los jóvenes para llevar a cabo estos proyectos, mientras al mismo tiempo se vela porque esta innovación tenga un impacto ambiental y social en la comunidad.

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Gustavo Paredes Ferrero

EN EL FUTURO, EL AGRO Y LA TECNOLOGÍA VAN DE LA MANO…

¿Cómo te vinculaste a la industria en la que actualmente trabajas?

A mediados del 2015 me comenzó a llamar la atención el aporte de la tecnología en el agro a nivel mundial y considerando que Ecuador es un país agrícola, quería aprovechar todas las bondades que tenemos (en abundancia) en este sector para desarrollar un proyecto propio. En 2017, con mi primer dron, comencé a dar servicio de fumigación a conocidos y referidos principalmente en cultivo de arroz. Para ese entonces trabajaba en relación de dependencia en una compañía de Seguros por lo que me tocaba hacer los trabajos de fumigación los fines de semana. En enero de 2020 tomé la decisión de renunciar para emprender al 100% en mi negocio, sin saber que el mundo se iba a paralizar por el Covid-19. Dentro de todo lo malo que trajo la pandemia y el 2020 en general, a mi negocio le fue relativamente bien a consecuencia de la escases de mano de obra.

¿Cuál crees que es tu aporte y cómo has logrado destacar justamente en este rubro?

Muy aparte de los rendimientos que se consiguen fumigando con drones (los tiempos y área de cobertura, el ahorro de agua y/o agroquímicos, o el mismo cuidado al personal al no estar en contacto directo con los químicos, entre otros) diría que el tener el conocimiento actualizado para el correcto manejo de estos equipos y explicar claramente el servicio y el trabajo a realizar. Eso es algo que le da mucha seguridad al productor al momento de contactarme.

¿Cuál es el impacto que tu creación, aporte, idea o emprendimiento tiene en la sociedad?

Sin duda haber estandarizado la fumigación con drones tanto en las zonas donde trabajo como también a nivel general dentro de la ciudad.

También ayudar constantemente al agricultor para que vea el potencial de estos equipos y la ayuda que prestan para su producción y productividad: ahora ven los drones de fumigación como maquinaria agrícola y no como simples juguetes. Por el lado de los jornaleros que antes hacían el trabajo de fumigación manual, también ha habido un cambio en la forma de ver estos drones, ya que antes los veían como una amenaza que ponía en riesgo su trabajo, y ahora como un complemento para su trabajo diario.

El riesgo más fuerte al que te has enfrentado para lograr este sueño… ¿qué hubieras querido saber antes de iniciar en este proyecto de vida?

Siempre está la incertidumbre de saber si tu idea va a pegar o no, sobretodo cuando estamos hablando de avances tecnológicos en un sector que por lo general se ha venido manejando en base a tradiciones o procesos ya establecidos de años.

¿Cómo anhelas que sea el futuro de tu industria y qué hace falta para lograrlo?

Quisiera que fuese más regulada a nivel de licencias y requisitos para poder operar estos drones especiales. Hoy resulta que todos dan servicio de fumigación con drones y no tienen ni un mes de operación; con eso bajan los precios de servicio, no terminan los trabajos porque estrellan los drones, entre otras cosas, y lo único que eso logra es bajar la credibilidad y percepción del productor. El productor ya con la mala experiencia, o no contrata el servicio, o paga cada vez menos por el mismo a causa del maltrato que recibieron.

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Carolina Placencia

EL FUTURO ESTÁ EN EL AGUA…

¿Cómo te vinculaste a la industria en la que actualmente trabajas?

Al fundar YakuPura en 2018 me vinculé a la industria del agua con el fin de mejorar la vida de las personas. Desde las que no tienen acceso hasta las personas que sí lo tienen, pero en condiciones inseguras.

¿Cuál crees que es tu aporte y cómo has logrado destacar justamente en este rubro?

El involucramiento en el ecosistema de emprendimiento nos ha permitido dar soluciones más eficientes y al alcance de todos.

Ver al Ecuador como un país potencialmente emprendedor nos motiva para seguir innovando y creando emprendimientos con mejores soluciones. El trabajo en equipo, las alianzas con actores del ecosistema y la visión que tenemos como empresa nos ha permitido llevar a YakuPura al siguiente nivel. Si bien falta mucho que hacer, sentimos que el camino que elegimos ha sido el correcto.

¿Cuál es el impacto que tu creación, aporte, idea o emprendimiento tiene en la sociedad?

Es el cambio que estamos generando en el estilo de vida de las personas tanto a nivel de practicidad como de ahorro económico en cada familia. Cada día que las personas toman agua en casa, YakuPura está presente y ese es nuestro objetivo: estar en los hogares de todos los ecuatorianos. Nos gusta pensar en grande, lo que nos lleva a soñar en ser la empresa #1 en Latinoamérica con soluciones para la filtración de agua de una manera responsable con el medio ambiente.

El riesgo más fuerte al que te has enfrentado para lograr este sueño… ¿qué hubieras querido saber antes de iniciar en este proyecto de vida?

No hubiera pensado que el camino sería tan difícil. Siempre contamos la parte positiva de la historia, pero detrás del proyecto hay mucho trabajo, preocupación, toma de decisiones que muchas veces no te dejan dormir. Tener tu propia empresa trasciende todo tipo de responsabilidad y si bien es algo retador, muchas veces puede desalentarte en el proceso.

¿Cómo anhelas que sea el futuro de tu industria y qué hace falta para lograrlo?

La industria del agua tiene un inmenso campo para crecer. Las soluciones que existen en el mundo son aplicables a las problemáticas del país. Hay que entender el problema de fondo y traer las soluciones. Esto le haría un bien al país y por ende a las personas. En mi mundo ideal es que las personas no vean al agua como una problemática sino como una fuente de vida.

CONOCE MÁS EN: @YAKUPURAEC

Veronika Salomon

LA JOYERÍA CIRCULAR PARA EL FUTURO

¿Cómo te vinculaste a la industria en la que actualmente trabajas?

Mi amor por la joyería nació desde muy pequeña, siempre amé las piedras y los cristales. Mi mamá y yo somos socias hace 12 años de Martalía y mi conexión viene directamente de ella. Trabajar con ella me hizo conectar de una forma muy especial con los minerales y la joyería, tanto así que estudié Gemología.

¿Cuál crees que es tu aporte y cómo has logrado destacar justamente en este rubro?

Creo el aporte y el atributo diferenciador es romper los paradigmas y que el hecho que las cosas hayan funcionado de una forma durante muchísimo tiempo no quiere decir que tenga que permanecer así sino que podemos hacerlo distinto. Y Martalía lo demuestra con el ejemplo al ser la primera joyería de carbono neutro que se conoce y redifiniendo el lujo con materiales que muchos considerarían desechos y transformándolos en joyas.

¿Cuál es el impacto que tu creación, aporte, idea o emprendimiento tiene en la sociedad?

Es un impacto positivo porque demostramos a través de la moda que se puede consumir responsablemente que no tienes que privarte de lo que te gusta pero que si puedes ser responsable y coherente con el planeta.

El riesgo más fuerte al que te has enfrentado para lograr este sueño… ¿qué hubieras querido saber antes de iniciar en este proyecto de vida?

Más que un riesgo es el temor a que no funcione. Cuando se vence esa etapa, y emprende con miedo pero con ganas, te das cuenta que se puede transformar lo que haces y que hay muchas personas que también están en la misma línea que tú: todos queremos un mundo mejor. No siempre sabemos cómo hacerlo, pero cuando hay una ventana o una opción para tomar esa decisión de crear un futuro mejor no creo que exista una sola persona que no decida lanzarse a hacerlo.

¿Cómo anhelas que sea el futuro de tu industria y qué hace falta para lograrlo?

Mi anhelo sería redefinir y transformar el consumo. Liberarnos de tanto prejuicio y alargar el ciclo de todo lo que utilizamos. Irnos en contra de esta era del descarte donde todo es desechable y nada se repara, y volver a reprogramar nuestro corazón para hacer que las cosas perduren en el tiempo.

CONOCE MÁS EN: @martaliajewerly

Valeria Molina

 UN FUTURO ORGÁNICO Y NATURAL

¿Cómo te vinculaste a la industria en la que actualmente trabajas?

Uno de los proyectos que llevo a cabo es la Molienda Organic Market que ya es un icono en Guayaquil y en Ecuador. Mi historia se remonta a la época de mis abuelos maternos: ellos tenían sembríos de banano y cacao y gracias a ellos había una manera de vivir y comer saludable. Después, las fincas se volvieron orgánicas y mi madre estuvo a cargo. Gracias a eso yo aprendí a trabajar la tierra desde lo orgánico. En 2004, tuve un viaje a Alemania a una feria de esta industria donde por primera vez vi la potencia que tenía a futuro. En 2016 hicimos una propuesta de abrir una tienda, creamos el concepto y ahora ya son una realidad.

¿Cuál crees que es tu aporte y cómo has logrado destacar justamente en este rubro?

Mi aporte es vivir el estilo de vida que estoy promoviendo. Ser un ejemplo y crear espacios de consciencia y educación para la comunidad que hemos creado. Siempre invito al resto del mundo a unirse. Cooperamos con tiendas y empresas del sector que trabajan con la misma visión que nosotros. La idea es colaborar -es la única forma de salir adelante- y que las personas aprendan a vivir bien y de manera saludable.

¿Cuál es el impacto que tu creación, aporte, idea o emprendimiento tiene en la sociedad?

Es importante vender y crear productos de calidad. Las personas que comprenden la diferencia de vivir en salud y en armonía, cuando se crea esa conexión difícilmente se regresa a una vida desordenada. El impacto es alto, pero aún no es masivo; vamos a ir creciendo. Esa es la tarea. Nuestro mayor público es la gente joven que ya opta por este estilo de vida desde la conciencia.

El riesgo más fuerte al que te has enfrentado para lograr este sueño… ¿qué hubieras querido saber antes de iniciar en este proyecto de vida?

Es esa competencia que puede existir con la industria alimenticia que tiene años en el mercado y que tiene un nivel y una capacidad de publicitarse muy grande y que son marcas masivas que no necesariamente trabajan en temas de salud sino que utilizan productos o ingredientes de bajo costo. Muchas veces las personas se dejan llevar por hábitos que ya son caducos, pero que ya están metidos en nuestra cotidianidad.

¿Cómo anhelas que sea el futuro de tu industria y qué hace falta para lograrlo?

Anhelo tener presencia en la industria. Estar presente en la vida y en el día a día de las familias. Anhelo que los emprendedores podamos diversificar los productos y las propuestas de lo que hacemos y ofrezcamos siempre productos de alto nivel. Anhelo que se pueda apreciar y valorar la historia de nuestros ancestros, volver a la tierra, conocer y vivir cómo se vivía antes, que sepamos la cadena de lo que se compra y lo que se elige.

CONOCE MÁS EN: @LAMOLIENDA_EC

María Belén Bonnard

 EL FUTURO SE ENFOCA EN LA NIÑEZ

¿Cómo te vinculaste a la industria en la que actualmente trabajas?

Desde antes de estudiar Psicología siempre sentí una vocación muy especial con el trabajo con los niños. Sin embargo, durante mi formación profesional y después de graduarme, los caminos de la vida me llevaron a trabajar con adultos mayores. No fue hasta la pandemia que esto se vio afectado; en paralelo nació mi hijo y me involucré mucho en temas de crianza y en especial de los temas del sueño. Esto se volvió mi nuevo trabajo y así creé la plataforma Happy Baby, Happy Mom.

¿Cuál crees que es tu aporte y cómo has logrado destacar justamente en este rubro?

Más allá de la teoría de la crianza respetuosa y del trabajo en el sueño de los niños, creo que lo que me permite decir que es mi aporte, es la retroalimentación de cada una de las familias a las que hemos brindado apoyo en Latinoamérica. Los espacios que ofrezco pretenden aligerar la maleta de la maternidad y paternidad y contribuir con un granito de arena de manera positiva.

¿Cuál es el impacto que tu creación, aporte, idea o emprendimiento tiene en la sociedad?

Creo que tiene un impacto valioso más allá de a cuántas personas haya llegado el mensaje. Si una familia ha logrado sanar sus heridas con el contenido que comparto, que haya podido romper patrones de pensamiento o conducta o criar con más amor y recursos a sus hijos ya es un mundo ganado. Además, el proyecto de Baby Victoria nació para ayudar a normalizar las diferencias en los niños y tratar de cambiar el mundo -un niño a la vez- de manera empática. Esto nació por el Síndrome de Down de mi hija Anna Victoria.

El riesgo más fuerte al que te has enfrentado para lograr este sueño… ¿qué hubieras querido saber antes de iniciar en este proyecto de vida?

Quizás las redes sociales porque son de doble filo y han tomado mucho esfuerzo, dolores, lágrimas para construir una comunidad tan valiosa y sana como la que es hoy. Sin embargo, eso no hace que esté exenta a cualquier comentario o acción desfavorable y, sin duda, compartir cosas de mi vida personal en este espacio ha sido una entrega que ha servido para positivo, pero cuando compartí la condición de Anna Victoria hubo muchos mensajes dolorosos. Estoy segura que lo positivo cuenta más.

¿Cómo anhelas que sea el futuro de tu industria y qué hace falta para lograrlo?

En el campo de la infancia –desde las diferentes ramas- y hay un trabajo maravilloso. Sin duda, también creo que hay profesionales que necesitan actualizarse, acoger nueva información para el crecimiento, para ser mejores; todo va cambiando y avanzando con el tiempo y la crianza también ha evolucionado. Hoy contamos con nuevas herramientas y estamos invitados a acoger esta información y sembrar una mejor sociedad. Anhelo que siga creciendo este ámbito en romper patrones y cambiar las dinámicas.

CONOCE MÁS EN: @bebevictoria.ec