Conoce las tendencias que destacaron en una nueva edición del PFW
Por Redacción Cosas. Foto: Getty Images
La Semana de la Moda de París ha culminado con una explosión de creatividad y sofisticación, reafirmando su estatus como el evento más importante en el calendario de la alta costura. Este año, las tendencias no solo deslumbraron con su habitual opulencia, sino que también se sumergieron en reflexiones profundas sobre el tiempo, la belleza y la innovación.
Del 24 al 27 de junio de 2024, la Haute Couture Week de París se convirtió en un festival de creatividad, destacando las tendencias más vanguardistas de la alta costura. La fusión de elementos urbanos y streetwear con la alta costura aportó una frescura contemporánea, cuestionando las jerarquías tradicionales de la moda.
El desfile de Balenciaga, bajo la dirección creativa de Demna, marcó un hito subversivo en la Semana de la Moda de París. Con una banda sonora de meditación guiada, la pasarela se convirtió en un viaje introspectivo. Demna, conocido por su enfoque disruptivo, fusionó elementos de la subcultura contemporánea con la elegancia clásica de Cristóbal Balenciaga. Materiales como el denim, el cuero y las prendas técnicas fueron protagonistas, desafiando las normas tradicionales de la alta costura. Desde un tee gris esculpido hasta jeans desgastados y un sombrero tipo plato, cada pieza reflejaba una combinación de lo casual con lo sofisticado, creando una estética única y provocadora.
El desfile de alta costura de Chanel, celebrado en el emblemático Palais Garnier, marcó una nueva etapa para la maison. Con el Grand Palais en preparación para los Juegos Olímpicos, Christophe Honoré transformó la icónica ópera en un teatro dorado de cajas de terciopelo rojo. La colección, obra del Fashion Creation Studio de Chanel, reflejó esta grandiosidad. Destacó una capa de ópera en tafetán negro y un vestido de novia inspirado en el de la princesa Diana, lleno de dramatismo y encanto, que cerró con broche de oro el desfile.
Bajo la dirección de Daniel Roseberry, el desfile de Schiaparelli fue una oda a la moda de los años 50. La colección, presentada en el sótano del Hôtel Salomon de Rothschild, transportó a los asistentes a una época llena de frescura y simplicidad. Las modelos, desfilando con una gracia casi reverencial, añadieron un aire de exclusividad y nostalgia. La colección homenajeó las siluetas clásicas de la década, destacando capas de hombros anchos y bordados plateados que simulaban alas, así como vestidos de fiesta con faldas de tul y adornos de cristales en tonos cobre.
El desfile de Dior fue una auténtica reinvención de la moda clásica bajo la dirección de Maria Grazia Chiuri. La colección se centró en liberar el cuerpo de las restricciones tradicionales, adoptando una estética inspirada en el deporte y la comodidad sin sacrificar la elegancia. Chiuri incorporó referencias a la antigua Grecia y a los Juegos Olímpicos de la década de 1920, utilizando materiales como el jersey de seda y el lamé dorado. Los vestidos drapeados evocaban peplos antiguos, mientras que los trajes fusionaban elementos de ropa deportiva con alta costura, ofreciendo una nueva visión de la moda que prioriza el bienestar y la movilidad.